Hoy la taquigrafía se encuentra en una etapa de transformación. En muchas escuelas de secretariado ha dejado de enseñarse como materia obligatoria, sustituyéndose por habilidades digitales. Sin embargo, aún existen instituciones que la promueven, conscientes de que la taquigrafía fomenta capacidades valiosas: concentración, memoria, rapidez mental y precisión.
En algunos países, los sistemas Pitman y Gregg se mantienen vivos en comunidades de entusiastas y profesionales que reconocen su valor histórico y práctico. Además, han surgido versiones digitales que intentan adaptar la lógica de la taquigrafía a los teclados modernos, permitiendo escribir de manera abreviada en computadoras o dispositivos móviles.
Para las secretarias de hoy, la taquigrafía ya no es el requisito indispensable que fue en el pasado, pero sigue siendo un recurso diferenciador. Quien domina este arte demuestra una preparación adicional y una capacidad para enfrentar situaciones donde la tecnología puede fallar o no ser suficiente.
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